Si no estás muy familiarizado con el sector financiero o acabas de empezar a invertir puedes pensar que está lleno de conceptos complejos y difíciles de entender y créenos cuando te decimos que es justamente eso lo que se pretende, que parezca difícil.
Los medios de comunicación se han asegurado de que las inversiones y las finanzas parezcan lo suficientemente difíciles de entender como para que parezca algo aburrido y poco interesante.
Uno de los conceptos más conocidos es el de “Short” , en español sería "corto"
Hacer un short, es una estrategia de inversión en la cual un inversor vende un activo, que no posee, con el objetivo de beneficiarse de una disminución en el precio. En otras palabras, es una apuesta a la baja en el valor de un activo.
Para llevar a cabo un short el inversor, en la mayoría de ocasiones , toma prestado el activo de un tercero y lo vende en el mercado abierto. Este tercero suele ser una empresa financiera que se dedica a ello. Estas empresas se les conoce con el nombre de Broker ó corredores de bolsa.
Posteriormente, el inversor espera a que el precio del activo caiga y, en ese momento, recompra el activo a un precio más bajo para devolverle el activo nuevamente al broker. La diferencia entre el precio de venta inicial y el precio de recompra es la ganancia del inversor.
¿Qué gana entonces el Broker? Una comisión por haberle prestado el activo. La comisión dependerá de la cantidad prestada y del tiempo que dure el préstamo.
Esta estrategia no está exenta de riesgos, ya que si el precio del activo sube, en vez de bajar, el inversor tendrá que comprarlo a un precio más caro del que lo vendió y tendrá que asumir la pérdida de las comisiones pagadas al broker más la diferencia entre el precio de venta inicial y el precio de recompra final.
El riesgo de pérdida puede ser muy alto e incluso si muchos inversores se posicionan en Short y aún así el precio del activo sube puede dar lugar a movimientos explosivos al alza que puede ocasionar la pérdida total del capital.
Estos movimientos explosivos se conocen como "short squeeze".
El shorting, o tomar un short puede aplicarse a acciones, bonos, divisas y por supuesto, también a las criptomonedas. Los inversores suelen utilizar esta estrategia como mecanismo de cobertura para posiciones de compra o cuando creen que un activo está sobrevalorado y enfrentará dificultades en el futuro.
En resumen, el short es una estrategia de inversión que permite a los inversores beneficiarse de la caída en el precio de un activo o usarla como mecanismo de cobertura.
Sin embargo, como en cualquier estrategia, gestionar bien el riesgo es clave ya que de lo contrario podría llevar a la pérdida total de la inversión.
