Seguro que si estás leyendo este artículo, es porque te has dado cuenta de que el mundo está cambiando, de qué internet está cambiando.
Cada vez somos más conscientes de la importancia de salvaguardar nuestros datos personales, porque están continuamente expuestos a posibles ataques y cada vez confiamos menos en las empresas de Internet, porque en los últimos tiempos ha habido muchos escándalos relacionados con la venta de los datos de los usuarios y un sinfín de tramas.
Por eso, en este artículo, os vamos a hablar de la evolución de Internet que va a cambiar todo esto gracias a la tecnología blockchain. Estamos hablando de Web 3.
Pero para entender en qué consiste la Web 3, es importante entender primero de donde venimos, vamos a ver la evolución de Web 1.0 a 2.0 y 3.0
¿Qué es Web 1.0?
La historia de Internet, tal y como lo conocemos ahora, empezó con la WEB1. En esta era de internet, allá por la década de los 90, los contenidos de las páginas eran muy poco dinámicos, con el contenido muy limitado y con prácticamente ninguna interacción entre el usuario y la página web como tal.
De ahí también se le conozco como la ‘web estática’.
La Web 1 se basaba en una arquitectura cliente-servidor en la que los usuarios accedían a la web a través de un navegador y se conectaban a servidores web centralizados para acceder al contenido.
La mayoría de los sitios web en la Web 1 eran sitios simples con contenido estático, como texto y algunas imágenes.
El diseño de estas páginas web era en su mayoría primitivo, porque los desarrolladores en aquel momento no tenían acceso a herramientas de diseño avanzadas o lenguajes de programación sofisticados.
De hecho, la mayoría de estos sitios web consistían en navegadores simples y poco interactivos, y se enfocaban en la información estática y en la presentación de documentos.
A pesar de sus limitaciones, la Web 1 permitió a los usuarios de todo el mundo acceder a información y comunicarse de manera más eficiente, lo que allanó el camino para la creación de plataformas y aplicaciones más avanzadas en el futuro.
Así que esta web estática, sentó las bases para la evolución de Internet, y que así comenzara la siguiente era, la web2.
¿Qué es Web 2.0?
Podría decirse que la web2, empezó a fraguarse a finales de los años noventa, y terminó de desarrollarse a principio de la década de los 2000.
En este caso, las plataformas y aplicaciones web son completamente diferentes a la era anterior, porque ya tenemos sitios muchísimo más interactivos. Y además, los usuarios se conectaban entre sí para compartir todo tipo de información de una forma mucho más fluida. Y esta es la razón por la que a la web2 también se le conoce como la web social.
En esta era se crearon múltiples plataformas y aplicaciones en las que los usuarios podía compartir información de manera colaborativa y nacieron las conocidas redes sociales.
Plataformas y redes sociales: como Facebook, twitter y blogs por ejemplo como Wordpress y también plataformas de vídeo como por ejemplo YouTube, fueron las más importantes de la Web2.
La novedad más representativa de esta etapa fue que los usuarios podían crear y compartir contenido, comentar en publicaciones, conectarse con amigos y seguidores, y contribuir a comunidades en línea. Esto ha dado lugar a la explosión de contenido generado por los usuarios que aun a día de hoy estamos viviendo y a un aumento en la participación social en Internet.
La Web 2 se basó en tecnologías de la web como HTML, CSS y JavaScript, y se enfocó en la creación de aplicaciones web dinámicas que podían actualizarse sin la necesidad de volver a cargar la página. La Web 2 también se centró en la creación de tecnologías de programación más avanzadas, como AJAX, que permitió una interacción más rápida y fluida entre los usuarios y las aplicaciones web.
Como veis, la Web2 supuso una evolución bastante importante para internet, y ha permitido que cada vez más y más personas hagamos uso de la web como una herramienta comunicarnos con otras personas en tiempo real y sobre todo para compartir contenido audiovisual.
En su mayoría, todo esto es genial, pero ¿cuál es el principal inconveniente de todo esto? Pues, que todo el contenido que los usuarios generan no es suyo. Los usuarios no son propietarios de las fotos y vídeos que publican en sus redes sociales, le ceden este derecho a la empresa propietaria de la plataforma en la que suben estos archivos.
Y este, es precisamente uno de los motivos por los que hoy en día estamos viviendo un nuevo cambio de etapa hacia la ya conocida como web3.
¿Qué es Web 3.0?
La Web 3.0 se enfoca en la creación de una web más abierta, justa y descentralizada, donde los usuarios tengan un mayor control sobre su información y los datos no estén centralizados en manos de unas pocas corporaciones tecnológicas.
Y si habéis leído alguno de nuestros artículos, esto que acabo de decir seguro que os suena. ¿No es este el propósito de la tecnología blockchain? ¿La descentralización?
Pues efectivamente, así es, y precisamente por eso, la tecnología blockchain está jugando un papel absolutamente fundamental en toda esta evolución. Porque gracias a ella, se pueden crear aplicaciones y servicios descentralizados que funcionen de manera autónoma.
De esta manera, los usuarios pueden interactuar entre sí y con aplicaciones sin la necesidad de un intermediario centralizado. En lugar de confiar en grandes empresas tecnológicas para almacenar y proteger sus datos, los usuarios pueden almacenar sus propios datos y tener el control sobre cómo se comparten y quién tiene acceso a ellos.
Además, algo que no nos cansamos de repetir en este canal, es que el principal objetivo de la tecnología blockchain es la seguridad, con lo cual en la WEB3 también se está dando un paso más allá en ese sentido. Los usuarios van a tener el control absoluto sobre sus datos, y gracias a la tecnología blockchain van a poder asegurarlos y mantener su privacidad. Y todo esto, como hemos dicho antes, sin tener que confiar en ninguna organización tecnológica.
Además, como hemos dicho al principio, la web3 añade el concepto de propiedad a Internet, porque los participantes de la web van a poder poseer y manejar sus activos digitales como, por ejemplo, tokens de cualquier tipo. Y van a conservar la posesión de sus datos personales y del contenido que generen.
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